Harry Potter 1 by J.K.Rowling

Harry Potter 1 by J.K.Rowling

autor:J.K.Rowling [J.K.Rowling]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fantástica, Harry Potter
publicado: 2011-07-15T01:00:56+00:00


De todos modos, pensó Harry, aquello no era lo que llamaría un perfecto final para el día. Estaba acostado, despierto, oyendo dormir a Seamus y a Dean (Neville no había regresado de la enfermería). Ron había pasado toda la velada dándole consejos del tipo de: «Si trata de maldecirte, será mejor que te escapes, porque no recuerdo cómo se hace para pararlo». Tenían grandes probabilidades de que los atraparan Filch o la Señora Norris, y Harry sintió que estaba abusando de su suerte al transgredir otra regla del colegio en un mismo día. Por otra parte, el rostro burlón de Malfoy se le aparecía en la oscuridad, y aquélla era la gran oportunidad de vencerlo frente a frente. No podía perderla.

—Once y media —murmuró finalmente Ron—. Mejor nos vamos ya.

Se pusieron las batas, cogieron sus varitas y se lanzaron a través del dormitorio de la torre. Bajaron la escalera de caracol y entraron en la sala común de Gryffindor.

Todavía brillaban algunas brasas en la chimenea, haciendo que todos los sillones parecieran sombras negras. Ya casi habían llegado al retrato, cuando una voz habló desde un sillón cercano.

—No puedo creer que vayas a hacer esto, Harry.

Una luz brilló. Era Hermione Granger; con el rostro ceñudo y una bata rosada.

—¡Tu! —dijo Ron furioso—. ¡Vuelve a la cama!

—Estuve a punto de decírselo a tu hermano —contestó enfadada Hermione—.

Percy es el prefecto y puede deteneros.

Harry no podía creer que alguien fuera tan entrometido.

—Vamos —dijo a Ron. Empujó el retrato de la Dama Gorda y se metió por el agujero.

Hermione no iba a rendirse tan fácilmente. Siguió a Ron a través del agujero, gruñendo como una gansa enfadada.

—No os importa Gryffindor; ¿verdad? Sólo os importa lo vuestro. Yo no quiero que Slytherin gane la copa de las casas y vosotros vais a perder todos los puntos que yo conseguí de la profesora McGonagall por conocer los encantamientos para cambios.

—Vete.

—Muy bien, pero os he avisado. Recordad todo lo que os he dicho cuando estéis en el tren volviendo a casa mañana. Sois tan...

Pero lo que eran no lo supieron. Hermione había retrocedido hasta el retrato de la Dama Gorda, para volver; y descubrió que la tela estaba vacía. La Dama Gorda se había ido a una visita nocturna y Hermione estaba encerrada, fuera de la torre de Gryffindor.

—¿Y ahora qué voy a hacer? —preguntó con tono agudo.

—Ése es tu problema —dijo Ron—. Nosotros tenemos que irnos o llegaremos tarde.

No habían llegado al final del pasillo cuando Hermione los alcanzó.

—Voy con vosotros —dijo.

—No lo harás.

—¿No creeréis que me voy a quedar aquí, esperando a que Filch me atrape? Si nos encuentra a los tres, yo le diré la verdad, que estaba tratando de deteneros, y vosotros me apoyaréis.

—Eres una caradura —dijo Ron en voz alta.

—Callaos los dos —dijo Harry en tono cortante—. He oído algo.

Era una especie de respiración.

—¿La Señora Norris? —resopló Ron, tratando de ver en la oscuridad.

No era la Señora Norris. Era Neville. Estaba enroscado en el suelo, medio dormido, pero se despertó súbitamente al oírlos.



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